La presencia de la figura humana, en sus más ricas y variadas manifestaciones vitales, es el tema esencial en la obra de Ana Fasano, colmadas de poesía y expresividad.
En ellas siente y aplica el color con todas sus variantes, a veces arriba en tonos bajos, tierras o grises y de repente surgen zonas de una exaltación policroma, ellos también ligados a diversos estados de ánimo o bien a una decisión deliberada.
Ana encara cada obra con gran fuerza y elocuencia, a través de su personal pincelada, cuyo mensaje alcanza, en esta etapa de su proceso creador, el equilibrio donde se identifica su fluidez expresiva y su capacidad de invención.
Lila Cova – Julio 2017
Las Pinturas de Ana Fasano parecen estar en movimiento, desplazándose sobre la superficie de la tela, un poco siguiendo las enseñanzas de Marcel Duchamp con su «Desnudo bajando la Escalera» pero sin asomo alguno de imitación.
También tiene una característica muy singular y muy valiosa: la suya, valiéndose del espesor de la materia y ocasionalmente de la espátula, además de la contribución constructivista de las pinceladas, hace que su arte pueda ser llamado profundamente original, porque la suya es pintura que modela, que conquista una tercera dimensión que la acerca a lo escultórico, aunque conservando su característica de pintura que, en estado de gracia, se lanza por caminos insólitos con gran categoría y que rodea a sus cuadros de un matiz poético…
César Magrini – 2000
Ana María Fasano asoma por primera vez, con una muestra individual, al creciente y prolífero mundo de las artes plásticas. Ella se descubre a sí misma como hábil pintora, observadora de la realidad que transforma en ritmos envolventes de gran fuerza cromática. Teniendo la oportunidad de acompañar y orientar su vocación, puedo dar testimonio de su crecimiento, al ir adquiriendo, a través de su dedicación, un lenguaje propio que permite aflorar una expresión personal, rica en expresivos trazos y vibrantes colores. Su obra refleja una búsqueda interior y un deseo de libertad sin restricciones.
Es difícil describir lo que se siente al crear, al pintar un cuadro. CREAR es una necesidad, es proyectar color en la tela: azules, rojos, naranjas, ocres, blancos. Es SENTIR pasión, amor, paz, angustia, risa, llanto, felicidad, dolor y volcarlo en la tela. Es música, es danza, es movimiento en pinceladas de ritmos envolventes. Es fuego, es agua, es piedra. Es una búsqueda interior y es encontrar la libertad en cada trazo. Mis obras son como sueños, son formas que sugieren cuerpos, caras, manos, piernas. Son seres que adquieren vida propia y me devuelven el color, la fuerza, el fuego que recibieron al nacer.
Ana Fasano – 1999